La primera impresión es bastante fuerte: subiendo por la madrileña calle de San Francisco de Sales, ¡paf!, te lo topas. ¿Qué hace allí empotrado en las lunas de una moderna sucursal bancaria este templete o puerta que se diría es de piedra o de terracota? A fugaz vista de vehículo no sabes cómo juzgar este monumento prehelénico o fenicio, con gallos de piedra1 sobre frontón triangular y jeroglíficos egipcios de la XVIII dinastía…[+]