En 1996 y escrita por Bryan Appleyard, Richard Rogers publicó su biografía. Entonces, la estatura humana y política del personaje se elevó claramente por encima de sus obras. Pero si hay algo que singularice a los ‘caballeros’ de la alta tecnología es la importancia que conceden a la difusión del mensaje optimista implícito en su arquitectura. El primero en publicar su ‘obra completa’ en gran formato y más de un volumen fue Norman Foster; le siguió Renzo Piano; y ahora le toca el tumo a Rogers.

El primer tomo de esta biografía construida (1961-1978) recurre a la división en cuatro episodios vitales, apoyados a su vez en varias obras: el ‘Team 4’ con Creek Vean y Reliance Controls; ‘Richard y Sue’ con la ampliación de la Design Research Unit; ‘Piano y Rogers’ con el Pompidou; y ‘Rogers Partnership’ con el LLoyd’s. Con un relato que enhebra la peripecia personal con el logro arquitectónico, Kenneth Powell da la medida justa del protagonista; y esa narración descansa en gran medida sobre el proyecto gráfico, que no sólo consigue reflejar una filosofía personal, sino que alcanza a transmitir el espíritu de una época.