Tras el incendio que destruyó en mayo de 2008 la antigua escuela de arquitectura de Delft, obra de Broek y Bakema y gran referente arquitectónico holandés, se habilitó el antiguo edificio principal del campus universitario, Julianalaan, restaurado en un tiempo récord, como escuela provisional. Se convocó un concurso internacional para diseñar las nuevas instalaciones y, entre las cerca de 460 propuestas, la de la española Laura Álvarez, titulada ‘Amalgama’, compartió el primer premio con ‘Un mundo sin objetos’ de Gijs Raggers y ‘Cultura verde almacenada’, de Marc Bringer y Ilham Laraqui. Tanto por la ubicación del Julianalaan, cerca del núcleo urbano, como por la voluntad de reducir los costes, el proyecto de Álvarez optó por conservar el edificio rehabilitado y completar la superficie necesaria con un volumen ortogonal de expresión contemporánea. El resultado es una delicada comunicación entre lo antiguo y lo nuevo, y una clara organización programática.