Libro atractivo, éste de Kahn, pues reúne la condición de monografía con la de ensayo sobre sus obras. En efecto, la obra de Kahn está casi toda ella reproducida en este volumen con suficientes documentos y, además, está muy convenientemente clasificada y explicada por el autor mediante seis capítulos. Quizá el más bello sea el primero (Development of an architectural philosophy), donde se explican sus inicios, su formación, etc. En los demás se agrupan y clasifican las diferentes obras, y es significativo traducir sus títulos: Redescubrimiento de una arquitectura de masas y de estructura; La forma de una arquitectura de la luz y de la sombra; Composiciones inspiradas en las poéticas de la acción; Experimentos precisos con las poéticas de la construcción; y Propuestas no construidas: en los espacios de la eternidad. Sigue una Conclusión y se acompaña con una selección de textos del arquitecto y una lista de sus proyectos desde el año 1926 hasta 1973.

El autor nos ofrece, pues, lo mejor que se puede hacer en estos tiempos de fronda, al menos al entender de quien hace esta nota: explicar convenientemente la arquitectura de los grandes maestros del siglo XX; y no sólo porque esta explicación no esté demasiado hecha —podría decirse que está bien hecha tan sólo (quizá) a nivel de significación histórica y cultural, pero no como análisis del descubrimiento y de la práctica de métodos y procedimientos— sino también porque no hay mejor cosa hoy que comprender que la finalización del siglo XX no puede significar su ruptura completa con él, si es que no se quiere devaluar gravemente la disciplina, como en alguna medida, y ya desde las últimas décadas del XX, ha venido ocurriendo.

La memoria de Louis Kahn, entendido como maestro en cierta medida aún vigente, ¿es aceptada o discutida? Dicho de otro modo, ¿es Kahn todavía uno de nuestros contemporáneos? No está de moda ahora, desde luego, y acaso aún se le considere un importante antecedente del post, y, por tanto, un rupturista neto con los principios más valiosos de la verdadera modernidad. Pero, a la postre, y visto ya con la perspectiva que da el tiempo, Louis Kahn no es otra cosa que un importante arquitecto moderno; uno de los que participó en la aventura más variada, rica y cualificada de la arquitectura de todos los tiempos, la aventura moderna del siglo XX, un siglo de oro, sin cuya herencia no se produce otra cosa que un suicido cultural y profesional.