La opinión, expresada por un Degas ya anciano, de que un cuadro en un museo debía ser como un altar, que no debía trasladarse, es diametralmente opuesta a la de los responsables del Museo Guggenheim, quienes mirando algunas de las colecciones permanentes más importantes del mundo, se preguntaron: ¿por qué no llevarlas a dar una vuelta? ¿por qué las obras maestras del Hermitage o del Kunsthistorisches Museum de Viena no van a poder tomar se un periodo sabático en Las Vegas?...
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