Estos talleres situados en la localidad normanda de Louviers acogen a 260 marroquineros y guarnicioneros para fabricar artesanalmente bolsos, pequeños artículos de piel, así como piezas ecuestres como sillas de montar y bridas para la marca de lujo Hermès. El proyecto de la arquitecta franco-libanesa Lina Ghotmeh está basado en su concepto denominado ‘la arqueología del futuro’, donde un edificio emerge en su entorno, teniendo en cuenta la memoria de su ubicación.
Con armazón de madera, el edificio se levantó en un terreno industrial abandonado, utilizando más de 500.000 ladrillos de tonos rojizos, vinculados a la tradición constructiva local. Evocando la trayectoria de un caballo saltando, los grandes arcos de ladrillo configuran tanto el perímetro exterior como la fachada orientada al patio, que generan amplios ventanales para permitir el acceso de luz natural. La forma cuadrada del edificio se inspiró en un carré de Hermès, los icónicos pañuelos de seda de la marca. Aprovechando la energía geotérmica y solar, este es el primer edificio industrial en lograr la calificación medioambiental más alta de rendimiento energético y de carbono en Francia, la etiqueta E4C2.