En homenaje a la tradición marítima e inspirado en la geometría y la artesanía de los barcos, se ha diseñado este centro situado en la costa al oeste de Esbjerg. El edificio forma parte de un plan de expansión urbana de la ciudad que incluye múltiples clubes de deportes acuáticos, almacenamiento de barcos, instalaciones de entrenamiento, un gran taller, instalaciones escolares y espacios sociales. La premisa fundamental del proyecto consistió en diseñar un lugar donde los vecinos de la localidad se puedan reunir para fomentar actividades sociales y físicas vinculadas al mar, y desarrollar su propia comunidad. Así pues, la propuesta presenta un cuerpo de planta ovalada y elevado sobre el suelo que permite a los visitantes acceder desde cualquier punto y hacer frente a posibles crecidas del nivel del agua. En el centro del primer nivel se dispone una gran terraza protegida del duro clima nórdico. Unas amplias escaleras conducen a la cubierta y permiten a los usuarios sentarse para disfrutar de las vistas. En este mismo espacio, dos patios se recortan para permitir el paso de la luz natural hasta la planta baja y crear un vínculo visual y social con la calle. La fachada, por último, sigue un ritmo y una repetición inspirados en la construcción tradicional de barcos de madera, tanto en el exterior como en el interior.