En un tranquilo bosque, a poca distancia a pie de dos de los hospitales más grandes de Noruega, se han levantado dos pequeñas construcciones de madera que aspiran a facilitar la hospitalización de los pacientes y sus familias. Diseñados por encargo de la Fundación Friluftssykehuset (en colaboración con el Departamento de Psicosomática y Psiquiatría Infantil del Hospital Universitario de Oslo) estos refugios ofrecen a los visitantes un respiro físico y psicológico de los estrictos regímenes de tratamiento y el aislamiento que a menudo siguen a una hospitalización de largo plazo. Los espacios de apenas 35 metros cuadrados contrastan con los monumentales edificios hospitalarios a los que están afiliados. Cada cabina consta de una habitación principal, otra más pequeña para terapias, y un baño. El interior se reviste completamente de roble, evocando de la materialidad de los bosques que lo rodean. Dentro, un conjunto de almohadones coloridos permite a los niños construir cabañas o acostarse para mirar a través del lucernario circular de la sala principal. Las grandes ventanas de vidrio de la cabina se pueden abrir por completo, invitando a la naturaleza al espacio. De esta manera, los visitantes pueden asomarse al bosque, olerlo y escuchar el rumor del agua del arroyo cercano...[+]