Con el objetivo de recuperar la presencia del río Haihe en el centro de la ciudad de Tianjin se ha emprendido la construcción de una serie de puentes que permitirán la circulación del tráfico y de los peatones entre las dos riberas del río. Por este motivo, en lugar de volar por encima del lecho fluvial, el nuevo puente Bengbu se ancla a sus orillas, estableciendo una continuidad orgánica con la ribera. Como si fueran esbeltos artrópodos metálicos, dos ligeras pasarelas asimétricamente dispuestas se añaden a la autopista central permitiendo a los peatones atravesar el río a distinto nivel que el tráfico y la generación de una duplicidad de trayectos. La estructura resulta, a pesar de su complejidad geométrica y gracias a la utilización del ordenador, de una gran sencillez y ligereza. Un único soporte situado en el interior del cauce basta para salvar la gran distancia entre la orilla y la parte central correspondiente a la autopista.

La red tridimensional, iluminada desde el interior de la estructura tubular metálica, configura más un volumen que una malla. La intensidad y el color de esta iluminación varía en función de la época del año y de la luz del día, convirtiendo el puente en una sutil atracción paisajística, que pertenece más al parque adyacente que a la red de carreteras... [+]