La pietra serena se conoce sobre todo como la piedra del renacimiento florentino, la piedra de Brunelleschi, de Miguel Ángel y de Vasari. Basta recordar la iglesia del Santo Spirito o el palacio Strozzi en Florencia, aunque quizá el bajo relieve de La Anunciación de Donatello, conservada en la iglesia Santa Croce, sea el ejemplo artístico más notorio de las posibilidades plásticas que ofrece la pietra serena. El pabellón Card Castle se construye exclusivamente con esta piedra arenisca con la intención de mostrar y expresar su belleza y explorar sus nuevas aplicaciones y posibilidades. Para ello, el proyecto parte de una forma geométrica pura, el triángulo equilátero, elegido por su gran estabilidad. Tres piezas rectangulares de las mismas dimensiones de diez milímetros de espesor se ensamblan y forman las caras de la unidad triangular base de la estructura del pabellón. La agregación y repetición de este pequeño módulo permite construir grandes pantallas con múltiples posibilidades de diseño y crecimiento. Esta forma de diseñar una estructura a partir de un módulo ‘hueco’ genera superficies ligeras y permeables, que transmiten la idea de transparencia. Además, la densidad, el color homogéneo y la textura neutra carcaterísticos de la pietra serena confieren una imagen abstracta al pabellón.