Ubicado en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México, en la calle Álvaro Obregón, este conjunto residencial destaca por su estructura mixta, que combina madera ensamblada con elementos de acero ocultos en una doble fachada reticular. Esta solución arquitectónica no solo revela el funcionamiento interno del edificio, sino que también actúa como filtro solar y favorece la ventilación cruzada, mejorando así el confort térmico y lumínico en el interior. La retícula de la fachada y el cuidadoso juego de vanos otorgan al proyecto una identidad definida, además de coherencia y claridad formal.

Debido a la baja consistencia del terreno, se llevaron a cabo estudios geotécnicos detallados con el fin de definir la estrategia de cimentación más adecuada. Esta contempla el uso de pilotes y zapatas diseñados para distribuir las cargas de manera uniforme. Uno de los principales desafíos del proyecto fue garantizar que la estructura de madera ofreciera la resistencia necesaria para integrarse eficazmente con las columnas, muros y losas de hormigón, permitiendo así la creación de espacios amplios y con alturas generosas.

El edificio está compuesto por dos volúmenes: uno que mira a la avenida principal y otro orientado hacia un jardín interior. Ambos se conectan visual y funcionalmente mediante la extrusión de dos medios círculos. El edificio cuenta con ocho niveles de vivienda, cada uno con ocho apartamentos. La vegetación está presente desde las áreas comunes hasta la azotea. Además, se integra un sistema de captación pluvial como parte de una estrategia ambiental.