La ciudad de Munich destina a la celebración de la fiesta de la cerveza una amplia explanada conocida como Theresienwiese, al oeste del casco histórico. Cada año esta superficie, que se extiende a los pies del monumento alegórico de Baviera, se llena de carpas y recibe la visita de más de seis millones de personas a lo largo de quince días. En la pasada edición se inauguró el centro de servicios —construido tras resultar ganador de un concurso—, único edificio que permanecerá de manera continua en el lugar, y que tiene como objetivo mejorar la gestión y el funcionamiento de la feria.

El volumen aloja las dependencias de la policía, primeros auxilios y administración del festival, así como las oficinas de la Cruz Roja bávara, la brigada de incendios, objetos perdidos y el centro de la juventud. El reto a la hora de abordar el diseño era conseguir un edificio que se pudiera mantener cerrado y protegido tanto del clima como de vandalismos durante los meses en los que no está abierto al público. Para ello, se propone un cofre de cobre, sellado en todas sus caras, que se integra en la horizontal de la explanada. Cuando el festival se inaugura, tres grandes portones se elevan para dar paso al interior y señalizar al mismo tiempo, a modo de grandes carteles, el uso específico que albergan. Las dependencias se organizan en dos plantas (subsuelo y baja) a lo largo de bandas paralelas separadas por patios ajardinados. Desde el exterior, la apariencia es la de una caja ligera, posada sobre el pavimento, de condición efímera. El interior, con los patios excavados y las fachadas de vidrio en torno a éstos, consigue un ambiente de calma y cotidianeidad que contrasta con el barullo de la feria.

Planchas de cobre de 1.5 mm de grosor revisten todas las caras del prisma. Una banda de ventanas recorre las fachadas que enfrentan la explanada, ocultas con contraventanas también de cobre pero perforadas: el interior queda protegido de miradas curiosas, pero recibe suficiente luz natural para garantizar un buen funcionamiento. En la cuarta fachada, que se orienta hacia la pendiente verde que delimita la explanada, los patios se protegen por medio de pretiles también de cobre que parecen reproducir en el suelo la parte de la fachada recortada por los patios. Pequeñas series de lucernarios completan la iluminación de los patios y las ventanas en los puntos más alejados de éstos. La piel de cobre que envuelve el prisma se tornará verde con el paso del tiempo, lo que ayudará a mimetizar el edificio en la ladera de fondo cuando la explanada esté vacía, y diluir así su presencia solitaria... [+]