Libros
Fisac in New Perspective
Con puntualidad casi anual, la Fundación Fisac y su director Diego Peris Sánchez —esta vez acompañado por Javier Navarro Gallego— nos regalan un nuevo volumen de la colección con la que, desde 2014, se han propuesto dar a cononocer el legado del maestro manchego. Así, las monografías dedicadas previamente al diseño de mobiliario, la fotografía, las sedes para la investigación y la industria, la vivienda y la arquitectura religiosa se completan ahora con una publicación que agrupa sus propuestas en el ámbito de la cultura, la educación y la restauración del patrimonio, quizá la faceta de su carrera menos difundida.
De forma sistemática, los autores despliegan las series canónicas de los institutos laborales, las casas de la cultura o los centros educativos, que complementan con proyectos menos conocidos, como el auditorio en Cuenca, el concurso de un teatro de ópera en AZCA, y, sobre todo, la inusitada propuesta para el pabellón español en la Expo de 1992 en Sevilla; una obra en la que el racional Fisac adoptó una actitud narrativa propia de la posmodernidad, con una volumen que evocaba la Torre del Oro, realizado con encofrados flexibles, y dos cuerpos de piedra en cuyos paramentos preveía labrar el escudo con las columnas de Hércules y perforar un hueco «como producto de una explosión».
Pero es la última sección del libro la que revela las silenciosas incursiones de Miguel Fisac en el campo de la restauración. Al margen de unas intervenciones tempranas en las iglesias de su Daimiel natal, la rehabilitación del patrimonio ocupó las últimas décadas de actividad profesional, cuando se vio obligado a cerrar su estudio a mediados de los años setenta. Una labor discreta a la que Fisac se entregó con la misma vehemencia con la que abordó sus obras más mediáticas y que sin duda ayuda a poner en perspectiva estas.