Siempre atentos a lo que piensan de nosotros fuera, cualquier artículo en la prensa extranjera causa un revuelo en España. De similar manera, los libros de los hispanistas suscitan una especial curiosidad, y así las obras recientes del profesor Nigel Townson o del periodista Michael Reid —reseñadas en Arquitectura Viva 255 y 259—, que cubren el último siglo de la historia española, han sido generosamente comentadas. Acaso por ello, sorprende constatar que el libro exacto y elegante de J.B. Trend, La civilización de España —editada originalmente en inglés por Oxford University Press en 1944—, no se haya publicado aquí hasta ahora, aunque debe reconocerse que quien fuese primer catedrático de Español en Cambridge es hoy tan desconocido en España como olvidado en su propia universidad. Muy diferente ha sido la fortuna de Madrid: A New Biography, la obra del historiador cultural australiano Luke Stegemann que relata las vicisitudes experimentadas por la capital española desde sus inicios como aldea hasta su condición actual de metrópoli, y que ha aparecido casi simultáneamente en los dos idiomas en 2024.
John Brande Trend (1887-1958) vino por primera vez a España en 1919, enviado por Cambridge para informar sobre la escena cultural del país, e inmediatamente trabó amistad con Manuel de Falla y Federico García Lorca, convirtiéndose en un testigo e intérprete privilegiado de aquella Edad de Plata a través de visitas frecuentes durante los años veinte y treinta, que se extendieron hasta la tragedia de la Guerra Civil. William Chislett, investigador del Instituto Elcano y especialista en Arturo Barea, escribe la introducción del volumen, donde se relata la estrecha relación de Trend con la Residencia de Estudiantes y su familiaridad con figuras como Unamuno, Machado, Juan Ramón Jiménez o Alberto Jiménez Fraud, además de su vínculo íntimo con Falla, sobre el que escribió la primera monografía y con el que mantuvo una extensa correspondencia. En la presente obra, el hispanista y musicólogo ensaya una síntesis de la historia española desde los fenicios hasta 1936, y el relato es a la vez ameno y sugerente: con una naturalidad que desarma, y con una combinación singular del afecto que manifiesta por el país y de la extrañeza que no oculta ante algunos de sus rasgos más desconcertantes. La edición actual es elegante, utiliza la traducción del historiador exiliado en México Pedro Bosch Gimpera (1891-1974), que sirvió para la publicación de Losada en Buenos Aires en 1955, y evita añadir notas o actualizaciones que sobrecarguen la lectura.
Igualmente amena, y también caracterizada por la fusión de la mirada crítica con el vínculo cordial, es la nueva biografía de Madrid redactada por Luke Stegemann, que se describe como ‘madrileño honorario’, y vino por primera vez a la ciudad en 1989. Criado en el corazón rural de Nueva Gales del Sur, el joven australiano se enamoró de Madrid a primera vista, y con su colosal volumen sobre esta ‘hermosa Babilonia’ se propone rescatarla tanto del desdeño colorista de los viajeros franceses, británicos y norteamericanos desde el siglo xvii como del ‘fuego amigo’ de los Baroja, Azaña o Cela que han sido poco amables con la urbe. Dividida en cuatro grandes secciones —‘Village’, ‘Empire’, ‘City’ y ‘World’—el libro arranca del asentamiento prehistórico y la fortaleza musulmana para extenderse desde su florecimiento como capital de un vasto imperio en el siglo xvi; la ciudad de Cervantes, Quevedo o Velázquez, como después de Goya, protagonista en 1808 o en 1936, y hoy centro financiero y metrópoli cultural que atrae a gentes de toda Europa y el mundo hispánico. Elogiada por Townson, Reid o Chislett como un himno erudito a una gran ciudad mal conocida y menos apreciada de lo que merece, esta crónica histórica es una tesela más en el mosaico de la mirada del otro, que con su tejido inextricable de proximidad y distancia nos hace más conscientes de nuestras raíces y de nuestra identidad.