Seguramente la larga trayectoria de Josep Lluís Mateo queda bien recogida en este libro. Aparece la carrera de un autor que se declara descendiente de los clásicos de la modernidad urbana y que parece en un permanente aggiornamento desde el mejor racionalismo catalán. Como en el episodio de moda en su Barcelona actual, la metamorfosis del estadio mítico de su admirado Mitjans en mito posmoderno por obra de Foster, la obra de Mateo parece un continuo reinventarse para producir la arquitectura que pide el momento. En el panorama de Barcelona, tan sensible a la moda y dominado por la voluntad de forma, su trabajo apunta a la manera publicitaria de los popes del diseño y al mismo tiempo añade una reflexión que sigue (todavía) la razón constructiva y programática. Una obra que retrata la controversia entre oficio de constructor y arquitectura de firma, si bien el libro apoya más bien a esta última y no puede evitar las concesiones a lo que se supone un libro de arquitecto actual y vendible, desde los render publicitarios al diagrama de esfuerzos en colorines.
Como sucede con otros profesionales, a menudo italianos, editores antes que arquitectos, la obra se presenta inspirada por la aventura editorial de Mateo que recondujo un Quaderns aburrido y de oficio hacia una revista con intereses intelectuales, cuya herencia sin embargo parece hoy incierta. Pero la obra de Mateo interesa sobre todo por su interpretación de lo actual, desde su posición guerrillera, entre avanzadilla y francotiradora.