Toyo Ito ha sido siempre un arquitecto inclasificable, alejado de las veleidades de la moda y ajeno a los criterios comerciales. Desde la histórica casa White U a la Mediateca de Sendai, sus arquitecturas son siempre sensuales, sinuosas, fluidas, ligeras, blandas, efímeras, nómadas como él mismo: «espacios transparentes que no te hacen sentir ni el grosor ni el peso de las cosas.» A través de esta cuidada traducción de algunos de sus textos, encontramos deliciosas claves para entender su búsqueda. Y sorprende cómo a través de una casi ingenua descripción de sus diseños, Ito nos invita a compartir sus puntos de vista con la naturalidad de lo obvio. Nos habla de una arquitectura capaz de crear espacios con los que experimentar nuevas sensaciones, un placer incluso físico. Unos espacios hechos de luz, aire y agua para ser vividos y sentidos con la vista, el oído y el tacto, con nuestro cuerpo al desplazarse. Y las palabras claves son aire y agua. Espacios que fluyen como el agua, agradables como el agua fresca, con el sonido del agua que burbujea. Del agua siempre con el aire, bajo la luz... «espacios fragmentados que no pueden contener un cosmos cerrado tanto en cuanto al espacio como en cuanto al tiempo.»
