¿Le sienta bien el color a la arquitectura de la modernidad heroica? Es difícil responder categóricamente si recordamos las fotos en color que Futagawa realizó de la Maison de Verre, o las más recientes del campus del IIT tomadas por Guido Guidi o Richard Pare para la exposición ‘Mies en América’. Tal vez el veterano fotógrafo Julius Schulmann, que retrató la casa Kaufmann de Neutra en blanco y negro para volver a fotografiarla en color tras su reciente restauración, podría tener algo que decir al respecto.
Opiniones a favor o en contra, el caso es que la mayoría de los viejos maestros cuyas obras se difundieron primero a través de imágenes en blanco y negro se han sometido después, con mayor o menor fortuna, a los rigores de la fotografía en color. Tal es el caso de la última monografía dedicada a Berthold Lubetkin (1901- 1990), adalid ruso de la vanguardia británica. John Allan, autor de Berthold Lubetkin: Architecture and the Tradition of Progress (un exhaustivo trabajo que publicó el RIBA dos años después de la muerte del arquitecto) firma esta nueva entrega a la mayor gloria del fundador del grupo Tecton, a quien conoció bien y cuyas obras más emblemáticas (desde la piscina de pingüinos del zoo de Londres al centro de salud Finsbury, pasando por Highpoint I y II) contribuyó a restaurar. Aunque la mitad del libro se dedica al Lubetkin de hoy —visto a través de la cámara de Morley von Sternberg—, Allen tiene el buen criterio de no prescindir del material gráfico más añejo.