Urbanismo instantáneo
De la ciudad a la naturaleza
Nuestra casa es hoy nuestra oficina; el ordenador, la herramienta de trabajo por excelencia; el móvil, una prótesis externa de nuestro cerebro o la puerta a nuestro perfil más público. Los límites entre nuestro yo público y el privado se desvanecen. Los ciudadanos hemos pasado de ser consumidores a ser ‘prosumidores’, es decir, productores de ideas, conocimiento e información. Los límites entre lo personal y lo profesional se difuminan, y esta rápida evolución nos lleva a concebir y experimentar el espacio y la ciudad de manera distinta. Nos hemos convertido en receptores y emisores de un flujo continuo de información que hemos de administrar, asimilar o descartar.
Pero, al margen de su actividad digital, el hombre sigue siendo un ser social en permanente búsqueda de relación con otras personas para intercambiar información, conocimiento o experiencias sensoriales directas. La nube digital proporciona las condiciones propicias para parte de ese intercambio, pero la realidad física sigue siendo el escenario insustituible para el desarrollo de gran parte de nuestra vida...