Varias obras 

Como cualquier tópico, el que vincula la arquitectura del mundo islámico con la simple réplica de los estilemas tradicionales a la manera de La Alhambra o con la ostentación de los rascacielos de vidrio en el desierto a la manera de Dubái, resulta una caricatura. De ello dan muestra las muchas obras admirables que, desde Indonesia hasta Marruecos, saben construir con tino y sensibilidad al contexto estudios de arquitectura locales y extranjeros. Así ocurre con los seis proyectos ganadores del Premio Aga Khan de Arquitectura 2019: la rehabilitación de Muharraq, capital histórica de Baréin, llevada a cabo por el Departamento Estatal de Conservación de aquel país; el proyecto educativo Arcadia, construido en Bangladesh por Saif Ul Haque Sthapati; el Museo Palestino en Birzeit, de Heneghan Peng Architects; el programa de espacios públicos de la República de Tatarstan, en la Federación Rusa; el Wasit Wetland Center en Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos; y, finalmente, el aulario de la Universidad Alioune Diop en Senegal, un ejemplar edificio construido por la consultora española IDOM, que, mediante estrategias medioambientales, da una respuesta a las condiciones climáticas extremas del lugar.