Christian de Portzamparc
La trayectoria del ‘niño prodigio’ de la arquitectura de los años 1980, Christian de Portzamparc, que con sólo cincuenta años recibió en 1994 el Premio Pritzker (el primer francés en hacerse con él), ha sido irregular. Por ello, la concesión al francés del Praemium Imperiale sonó un tanto extemporánea, pese a estar sostenida en notables edificios. En la edición de este galardón que, desde 1988, otorgan cada año la Casa Imperial Japonesa y la Japan Art Asssociation (y que está dotado con unos 115.000 euros), Portzamparc fue reconocido en la categoría de Arquitectura, acompañado por otros cuatro artistas ligados a la pintura, la escultura, la música y el teatro: Pierre Alechinsky, Fujiko Nakaya, Riccardo Muti y Catherine Deneuve, respectivamente. Nacido en 1944 en Casablanca (Marruecos, entonces protectorado francés), Christian de Portzamparc —que desde el principio reconoció a Le Corbusier como su gran maestro— se formó como arquitecto en la Escuela Nacional de Bellas Artes de París. Es autor, entre otras muchas obras, de la Ciudad de la Música de París (1995) y de la Philharmonie de Luxemburgo, así como de dos rascacielos en Nueva York: la Torre LVMH (1991) y la Torre One 57 (2014).
