¿Por qué (nos) importa?
La mayoría de la gente emplea gran parte de su tiempo buscando maneras de mejorar su vida. Hay pequeños momentos que proporcionan satisfacción, como atarse los zapatos o añadirle azúcar al café. También existen sueños más ambiciosos como el bienestar, la familia o incluso la fama. A veces simplemente encontramos cosas que disfrutamos y convertimos esos momentos en hábitos, dejando de lado costumbres más útiles para dejar paso a nuevas rutinas. Los modelos racionales se derrumban.
Tras esto hay un hambre inherente al hombre que trasciende la necesidad de comer. El ansia de comida tiene sentido ya que sin ella morimos, pero al final morimos igualmente. Igual que antojos de comida, también hay antojos de confort. Parece provechoso: la naturaleza no protege nuestros cuerpos como los de otras criaturas. Después de todo, siempre nos acabamos dedicando a construir confort: exigimos ropa como regla general y construimos cobijos tengamos un hogar o carezcamos de él. Hasta cuando estamos solos buscamos identidad.
Vida y lugar son sinónimos en muchos sentidos: hay una necesidad en la vida de crear lugar e identidad. Snøhetta se preocupa por estos temas. Son condiciones que definen el papel de nuestras vidas y por eso nuestro estudio busca arriesgarse y crear. Buscamos «pillar a la realidad por sorpresa» como una vez lo describió Francis Bacon. En Snøhetta, algunos lo llamamos ‘reinventarse’.
La mayoría de nuestras necesidades son comunes, pero también sentimos que la familiaridad puede ser superficial. Más allá de lo convencional está el océano de lo inesperado. También hay miedo a la sorpresa, porque puede parecer incontrolable, pero el control cobra importancia cuanto más frágil es la existencia. Y el trabajo de nuestro estudio, a primera vista, suele considerarse extraño...[+]