El próximo 6 de mayo de 2024 se cumplen cien años del nacimiento de Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924 - Hondarribia, 2014), considerado uno de los principales renovadores del arte vasco de la segunda mitad del siglo XX.
Conocido fundamentalmente por su trabajo como escultor, en su extensa trayectoria de más de seis décadas abarcó además numerosos aspectos de la producción artística en un corpus que el crítico Juan Daniel Fullaondo denominó “caleidoscopio Basterretxea”, como expresión de su capacidad para integrar múltiples estéticas y prácticas artísticas conectadas con la vanguardia.
El Museo de Bellas Artes de Bilbao inaugura ahora la primera exposición monográfica sobre los proyectos y realizaciones del artista en las disciplinas del diseño industrial y la arquitectura: ‘Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura’.
Comisariada por Peio Aguirre, Pedro Feduchi y Pedro Reula, la muestra reúne collages de proyectos arquitectónicos, piezas de diseño industrial, mobiliario, la memoria documental de la casa-taller de Irún proyectada junto con Oteiza y Vallet, volumetrías arquitectónicas de carácter utópico en papel, maquetas de arquitectura y urbanismo, documentación fotográfica, entre otros. Más de un centenar y medio de piezas, algunas radicales, muchas pioneras y no todas realizadas, reunidas en cinco grandes ámbitos, que describen pormenorizadamente las principales contribuciones del creador vasco a los campos del diseño y la arquitectura.
A finales de la década de 1950 Basterretxea fue pionero en el diseño industrial vasco. Desarrolló entonces el logotipo y piezas de mobiliario para la empresa madrileña H Muebles y proyectos de interiorismo. Esta faceta quedó también reflejada en su primer trabajo cinematográfico, el filme experimental Operación H (1963), que realizó a partir de una idea de Oteiza para el industrial y mecenas Juan Huarte. En la década siguiente, fundó en Irún con otros socios la compañía Biok, dedicada al mueble moderno, para la que ideó innumerables prototipos que no siempre llegaron a comercializarse. Piezas emblemáticas son el ajedrez de 1961, el escritorio Bermeo de 1967, las sillas de la serie Kurpilla o los candelabros Sua, de 1968.