Hi-tech, sostenibilidad, formas de moda y paisaje. Todos los tópicos que se exigen para acreditar a una arquitectura de nuestra época encuentran respuesta en la obra de Mario Cucinella (Palermo, 1960). El compromiso de su estudio milanés con la actualidad presenta un exitoso y convincente cóctel, aderezado con aire mediterráneo, que le abre un merecido hueco en el panorama internacional, tan descuidado últimamente por los profesionales italianos.
La habilidad de este siciliano, formado por Giancarlo de Carlo y por Renzo Piano entre Génova y París, le ha llevado a recoger numerosos premios de arquitectura en la última década y, en particular, algunos galardones que significan reconocimiento de una actitud de respeto por el ambiente y la ecología. Se diría que la preocupación social y el interés por el ambiente local de De Carlo se ha mezclado con la pasión por las estructuras y la técnica de Piano en las obras de Cuccinella, que ahora trabaja en Milán y que ha puesto al día las consideraciones ecológicas y medioambientales de hace treinta años con el discurso actual de la sostenibilidad. Enormemente atento al discurso formal de moda, y al expediente de recursos renovables que debe avalar las propuestas contemporáneas, ha sabido manejar ambos con una estética de proyecto y una construcción cuidada que conserva cierta elegancia de su Sicilia natal, un aire clásico de la antigua Magna Grecia.
La paradoja de maridar la tecnología de exhibición con el culto a la sostenibilidad se resuelve en Cucinella con esa particular elegancia, utilizando la coartada del ahorro de energía. Pero sobre todo, el arquitecto trabaja con un ojo entrenado, que utiliza una estética de proyecto tan oblicua o tan minimalista como requieran los medios, y convence con una obra que participa de la técnica del norte y del ambiente meridional.
El libro de Anna Giorgi presenta un repertorio de las últimas obras y proyectos del estudio milanés, suficiente para entender su éxito y su habilidad al aplicar fórmulas de control del clima o de diseño tecnológico, y también su interés por los proyectos en los paisajes de fuerte carácter geológico o monumental.