Con su reivindicación de la belleza, de la emoción, de la herencia clásica, el pintor Guillermo Pérez Villalta resulta casi contracultural en estos tiempos. Una retrospectiva en la Sala Parés de Barcelona exhibe su obra reciente.
Antes de ir a ver cómo avanza el montaje de su exposición, Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1948) se escapa a la basílica de la plaza del Pi, a pocos pasos de la Sala Parés. Se toma su tiempo entre las arcadas góticas y observa la luz de la mañana tamizada por las vidrieras, como cuando era un chiquillo y sus padres lo llevaban a misa: el niño buscaba la belleza en altares y retablos, asombrado por el dramatismo de iconos, santos y vírgenes... A sus 74 años, Pérez Villalta ha sido el adalid de la Nueva Figuración madrileña, el artista más joven de la estrenada democracia que recibía un Premio Nacional (en 1985)y uno de los grandes pintores del país. Tras 18 años sin exponer en Barcelona, la Sala Parés -la más antigua de España- le dedica una magna retrospectiva con 70 obras realizadas en la última década. Obras en las que sigue hablando de la belleza, lo eterno, lo clásico...