Las bóvedas de Amancio Williams

Foresta artificial

Luis Müller 
31/08/2013


Entre 1948 y 1951 Amancio Williams proyectó tres hospitales para ser construidos en un clima subtropical caluroso, con un sol fuerte y lluvias intensas. Su propuesta fue disponer un techo alto por encima, dejando una generosa circulación de aire y asegurando la protección de los factores ambientales por medio de una ‘foresta artificial’. El elemento estructural era una pieza a la que llamó ‘bóveda cáscara’, una lámina de hormigón armado de doble curvatura, de planta cuadrada en el perímetro y circular en el centro (en coincidencia con la columna que, a su vez, hace de descarga pluvial). La delgada cáscara, de seis centímetros de espesor en los bordes, lograba resistencia por forma y, ante la ausencia de métodos científicos para su cálculo, se realizaron aproximaciones mediante modelos y cargas a escala verificadas por el ingeniero italiano Giulio Pizzetti, y consultas a Pier Luigi Nervi.

Los hospitales no se construyeron, pero este elemento cobró dimensión icónica. Si bien se había originado para unas condiciones concretas, era un producto con valores propios, universal y reproducible. Williams lo utilizó en proyectos posteriores que tampoco se realizaron, y en 1963, en un pabellón de exposiciones, pudo ver materializadas dos de estas piezas, demolidas al poco tiempo. Como homenaje al arquitecto, se realizó un par que persiste en la costa del Río de la Plata, una solución cargada de simbolismo.

En 2010 el gobierno provincial inauguró en la ciudad de Santa Fe (Argentina) el complejo El Molino- Fábrica cultural, un proyecto montado sobre estructuras industriales abandonadas en el que se concibió una plaza pública cubierta parcialmente con trece de estas ‘bóvedas cáscaras’ separadas entre sí. En esta oportunidad (a diferencia de las anteriores en que se utilizaron encofrados de madera) las estructuras (de 11 metros de lado y 12 de alto) fueron construidas con moldes de PRFV divididos en ocho secciones. Para realizarlas se levantaron plataformas a 10 metros de altura sobre las que se instalaron los moldes a pares, trasladándolos hacia las posiciones siguientes a medida que se iban desencofrando. Con ello se materializa un elemento arquitectónico que, en sí mismo, resulta una pieza fundamental en la representación de la arquitectura moderna en Argentina.

Etiquetas incluidas: