La majestuosa residencia de Nerón reabre al público con una exposición sobre el descubrimiento de sus frescos.
Después del devastador incendio que destruyó gran parte de Roma en el 64 d.C., Nerón hizo construir su nueva residencia, la más suntuosa morada de los emperadores romanos. Por su grandeza –y por la luz cálida de Roma que bañaba sus estancias- fue bautizada como Domus Áurea, una casa, decía el último de la dinastía Julio-Claudia, digna de un hombre.
Tras más de un año cerrada por la pandemia, el Parque Arqueológico del Coliseo –que gestiona el monumento- ha abierto recientemente la Domus Áurea acompañando el recorrido por una nueva exposición, Rafael y la Domus Áurea. La invención de las grotescas, una muestra que recuerda la fascinación del maestro renacentista por los frescos de la casa neroniana...
La Vanguardia: La fascinación de Rafael por la Domus Áurea