Ernö Rubik: "Las empresas jugueteras rechazaban mi cubo porque les parecía demasiado difícil"
A punto de que su cubo cumpla medio siglo, y con más de 450 millones de unidades vendidas, el inventor húngaro cuenta cómo diseñó el juguete más famoso de la historia. "Todos somos un rompecabezas", dice en su libro Rubik (Blackie Books)
Este artículo es un rompecabezas, como sus protagonistas. Hablamos de un padre orgulloso, de nombre Ernö Rubik, y de su hijo "rebelde y caprichoso". A punto de cumplir 50 años, el cubo que lleva su apellido se mantiene tan joven y atractivo como el primer día, cuando fue registrado como patente.
Su descubridor nunca tuvo claro su destino hasta que, ejerciendo como profesor de arquitectura y diseño, dio con el objeto que popularizaría su nombre hasta límites insospechados: un misterioso cubo formado a su vez por 26 cubos de colores conectados entre sí -27 si contamos la pieza central, el núcleo oculto que es la clave para que todo funcione-, capaz de provocar un terremoto comercial y cultural que lo ha convertido en el juguete más exitoso de la historia, con más de 450 millones de unidades vendidas en todo el mundo...