El músculo formal

31/10/1998


Hasta que algunos miembros de una nueva generación vinieron a disputarle el puesto, Ben van Berkel (1957) fue el enfant terrible de la arquitectura holandesa. Formado en la Rietveld Academie de Amsterdam y la Architectural Association de Londres, trabajó en los estudios de Hadid y Clatrava antes de abrir uno propio en Amsterdam con la historiadora del arte Caroline Bos (1959). Muy pronto, sus proyectos se discutieron en foros académicos y revistas de vanguardia. La firma tiene una vertiente teórica de la que dan cuenta libros como Delinquent Visionaries (1993) y Mobile Forces (1994); y su producción parte de diagramas que aúnan lo sistemático y la intuición, y está inextricablemente unida al uso de la tecnología digital. Si en lo sofisticado de los procesos de gestación su obra emparenta con la de Eisenman o Tschumi, en lo musculoso de su materialización tiene más que ver con el formalismo expresionista de Calatrava. Una de sus últimas realizaciones es el puente Erasmus de Rotterdam, pero también son suyos la Villa Wilbrink (véase Arquitectura Viva 44), el pabellón holandés en la Trienal de Milán de 1996, la ampliación del Rijksmuseum de Twente (véase Arquitectura Viva 54) y la casa Moebius. En su 10º aniversario, el Van Berkel y Bos Architectuurbureau se amplía y pasa a llamarse UN studio Van Berkel y Bos, dando cabida al número cada vez más heterógeneo de actores implicados en los procesos de diseño y construcción de sus proyectos...[+]


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