El descubrimiento de América: frutos de Yale
Tuve mucha suerte, conseguí una Henry Fellowship para Yale, y fue increíble... En Manchester había una mentalidad de nueve a cinco, y en Yale se abría el primer día del curso y se cerraba el último... América era increíblemente refrescante... En Inglaterra yo había sido un caso raro por trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero en América no era en absoluto insólito, era más normal que anormal, así que fue muy tonificante. Todavía siento la energía cuando vuelvo allí, y todavía disfruto, pero en aquel momento fue increíblemente liberador... Si te interesa la arquitectura anónima vernácula, y si tienes un apetito insaciable por esos héroes que has descubierto de adolescente en una biblioteca pública... Fue absolutamente fantástico trabajar sin descanso día y noche, entregar el proyecto, y en lugar de la rutina británica de desplomarse agotado y recuperarse para el siguiente ejercicio, irse de viaje a ver todos esos edificios. La tradición anónima es muy vigorosa, todos esos extraordinarios puentes cubiertos y casas de tablas de Nueva Inglaterra... y luego California, Schindler, los Eames, Ellwood, Koenig... Fue un periodo extraordinario...[+]