Como a tantos, la recesión global sorprendió a dos jóvenes que prácticamente acababan de abrir su estudio y les empujó a reconducir su experiencia adquirida con Chipperfield para explorar vías profesionales menos transitadas: proyectos las más veces temporales que no obstante ofrecieron a Kevin Carmody (Canberra, 1974) y Andy Groarke (Mánchester, 1971) la oportunidad de reparar en la percepción del usuario o el paso del tiempo por los materiales. Hoy ya consolidado, el tándem radicado en Londres ha extendido su registro de escalas sin perder esta sutileza propia del tono menor, tal como demuestran sus cinco obras culturales que Arquitectura Viva recoge a continuación.