Tras imponerse a otros 27 candidatos de 16 países, José María Sánchez García fue el cuarto arquitecto —el primer europeo— en hacerse con el BSI Swiss Architectural Award, sucediendo al paraguayo Solano Benítez, el burkinés Diébédo Francis Kéré y la oficina india Studio Mumbai. Patrocinado por la Oficina Federal de Cultura de Berna y la Academia de Arquitectura de la Universidad de la Suiza Italiana, y dotado con 100.000 francos suizos, el premio reconoce la trayectoria de menores de 50 años que hayan realizado «una contribución relevante a la cultura arquitectónica, demostrando una especial sensibilidad ante el contexto paisajístico y ambiental». Son requisitos que cumplió Sánchez García, nacido en Don Benito (Badajoz) en 1975, y autor de exquisitas obras enclavadas en lugares muy sensibles, como el centro de innovación deportiva en Cáceres o el entorno del Templo de Diana en Mérida, y que en palabras del presidente del Jurado, Mario Botta, «dan muestras de la madurez de un arquitecto que, con menos de 40 años, es capaz de trabajar con rigor y precisión en una amplia variedad de contextos, desde restauraciones arqueológicas en zonas urbanas hasta instalaciones deportivas en un impresionante paisaje».