Arne Jacobsen
Copenhague, 1902-1971
El arquitecto austriaco Gustav Peichl es otro de los dibujantes que merece mención especial en las ‘Historietas’. Es verdad que sus dibujos son más bien cómics de la política local y que carecen de personajes de serie. Ironimus estodavía más político que Hellman el inglés del AJ, y las recopilaciones de sus viñetas en Die Presse son como las de Peridis en El País. Sin embargo, Peichl-Ironimus es uno de los mejores y más conocidos arquitectos de Viena, y un eximio profesor. También es uno de los arquitectos más divertidos, y sus edificios tienen mucho de cómic arquitectónico. Probablemente se salvan de la ironía autorreferente y fatua de sus compañeros posmodernos a base de usar una ironía más desenfadada e ingeniosa que ellos. Muchos de sus dibujos aluden a la arquitectura, a la ciudad y a los arquitectos. De hecho, la viñeta está construida sobre uno de sus dibujos que caricaturiza el contraste entre la casa del arquitecto y la casa del pajarito. Sólo que aquísustituí la casa dibujada por Ironimus, una especie de Case Study House a lo Neutra, para poner de fondo la casa Jensen, esa especie de abstracción suma del Jacobsen hermético de 1960, y para dibujar al propio Arne disfrutando de la pajarera pintoresca. Jacobsen era uno de nuestros héroes de juventud y en los sesenta era una fuente de inspiración universal, para los jóvenes que hacían vivienda social y para los racionalistas maduros que hacían lo de El Corte Inglés. Y después los arquitectos intentamos poner en los proyectos hasta los grifos de Jacobsen; naturalmente sólo conseguimos tenerlos en nuestra propia casa. La viñeta trata precisamente de ese divorcio entre el sueño del arquitecto y la realidad cotidiana.
Como con Hellman en su viñeta, he hecho que el personaje de ésta sea el propio dibujante, utilizando para ello su propia autocaricatura. En este caso no podía resistirme a esa tan deliciosa de Ironimus desnudo con una gorrita como Charlie Brown y una plumilla en el culo. Con tan peculiar atuendo y técnica, aparece pintando su propia casilla junto a la casa de Jacobsen. Es una obvia referencia a Saul Steinberg, donde las figuras se dibujan a sí mismas, apropiada para uno de los dibujantes arquitectos que más de cerca han seguido al genial ilustrador del New Yorker.