En todos los casos estudiados hasta ahora en la serie sobre la fachada ligera, el fruto de la colaboración entre el arquitecto y el industrial ha pasado a formar parte del saber hacer tanto de la empresa como del arquitecto, quedando circunscrita la experiencia a la resolución de casos un tanto singulares que no se comparten con el resto del sector de la construcción. En estas líneas analizaremos brevemente una actitud distinta: la de una empresa, Technal, que incorpora a su catálogo estandarizado los resultados específicos de la innovación exigida por los arquitectos.

A lo largo de los últimos años, Technal ha encarado una doble dificultad: por un lado, estar presente en proyectos singulares con un producto de calidad técnica y gran valor formal arquitectónico, y, por el otro, desarrollar en paralelo una gama de carpinterías al alcance de un mercado más amplio. Pero conciliar estos dos escenarios del ámbito de la edificación sólo es posible apostando por un producto de calidad, adecuado a las exigencias formales que demandan los arquitectos más vanguardistas, pero ofreciéndolo a un precio competitivo. Orientados a este fin, los motores que impulsan el desarrollo tecnológico en esta empresa son los requerimientos, principalmente formales, que plantean los arquitectos, y las exigencias normativas. Nada se guarda en el cajón. Cualquier propuesta innovadora que pueda convertirse en un producto, acaba revirtiendo en el catálogo general. Technal no se limita a ejecutar soluciones ‘fuera de serie’ sino que hace de estas verdaderos productos comerciales que enriquecen su oferta como empresa...