Azul celeste el primero, marrón chocolate el segundo y naranja brillante el tercer volumen de las obras completas de los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron, que recoge lo proyectado entre 1992 y 1996. Como en las dos entregas anteriores, es Gerhard Mack el encargado de la letra impresa, y su trabajo es aquí igualmente impecable. Además de los textos de cada uno de los 22 proyectos —donde se combinan acertadamente descripción y valoración, y donde es posible enterarse de antecedentes y consecuentes de los trabajos—, Mack escribe sobre «la arquitectura como seducción». Verdaderos expertos en el difícil arte de fascinar, el estudio de Basilea despliega un sofisticado juego de atracción donde todo está cuidadosamente calculado; cada consideración, cada material, cada solución forman parte de su estrategia.

La casa Rudin, la biblioteca de Eberswalde, la farmacia hospitalaria de Basilea, la nueva Tate Gallery, el museo Küppersmühle o las bodegas Dominus: no hay duda de que las obras ganan en intensidad y profundidad, aunque una de las decisiones editoriales de este volumen no contribuya precisamente a ponerlo en evidencia. En los tomos anteriores, el diseño gráfico, sobrio y riguroso, llevaba la firma de Meissner & Mangold, a quienes ha relevado en esta ocasión el artista Rémy Zaugg—habitual colaborador del estudio—, cuya maquetación tipo enciclopedia ilustrada es lo menos afortunado del libro.