Regionalismo y cultura universal
La cuestión de los regionalismos que hoy surge como uno de los fenómenos de la crisis moderna no puede comprenderse más que en su relación con su opuesto: la civilización universal en la cual emergen. La cultura moderna es universal en un doble sentido. Los conocimientos científicos y la concepción racional del mundo han sido, desde el siglo XVIII, el soporte de los valores éticos y ético-políticos más fundamentales para el conjunto de la sociedad. Desde la defensa de los derechos civiles al internacionalismo socialista, los ideales sociales de la cultura moderna y, en última instancia, el ideal de progreso histórico que los encerraba a todos ellos se concibieron radicalmente como principios u objetivos universalistas. Pero la sociedad moderna es universal y universalista también en cuanto a sus sistemas de producción y reproducción, su comercio o sus intercambios y confrontaciones militares; es universalista en cuanto a la racionalidad científico-técnica que informa el proceso civilizatorio del poder humano, en sus teoremas político-militares, lo mismo que en sus aspectos tecnológicos supuestamente neutrales...[+]