Con el fin de dotar a Gran Bretaña de una red de infraestructuras mundialmente competitiva, Norman Foster ha presentado un plan estratégico de transportes por aire, tierra y mar (véase AV Proyectos 47) cuyo centro neurálgico propone ubicar en el estuario del río Támesis. Además de un aeropuerto internacional, una estación de ferrocarril y un puerto, el plan incluye la construcción de una nueva barrera de protección frente a inundaciones, que generaría energía hidroeléctrica. Con un coste estimado de 60.000 millones de euros, el proyecto ha sido elaborado en colaboración con la empresa constructora Halcrow y la consultora económica Volterra.