Songzhuang, una ciudad situada a pocos kilómetros de Pekín, alberga la comunidad de artistas más grande del país. La creciente demanda de viviendas para albergarlos, provocada por el boom del mercado artístico chino, ha generado una reacción inmobiliaria, de la que forma parte ejemplar una residencia de veinte viviendas diseñada por la joven pequinesa graduada en Harvard Xu Tiantian. El edificio surge del apilamiento de un conjunto aparentemente azaroso de volúmenes. El programa funcional ha sido el desencadenante de la definición de la altura y la geometría de dichos volúmenes, distribuidos en dos familias: paralelepípedos de geometría sencilla y 6 metros de altura para los estudios, y cuerpos más complejos, de 3 metros de altura, para el resto de espacios de la casa. El juego de macizos y llenos, de luces y sombras, producidos por la macla de ambas familias, configura el aspecto de la pieza resultante, cuyo exterior, evocando el presente industrial, se reviste con hormigón coloreado en color gris, perfilándose en los planos horizontales con tonos naranjas que recuerdan el pasado agrario de la ciudad.