«Jean Nouvel... reivindica de forma explícita el derecho a buscar en otra parte las experiencias que le permitirán trastocar una disciplina arcaica y envarada... “Yo soy un fuera de la ley”, deja entender, “un ladrón al que le gusta coger cosas de aquí y de allá... buscando siempre los extremos...” Ladrón, o más bien sintetizador, Nouvel es un fabricante de sueños y emociones del momento; sabe, como ningún otro, ser sugestivo. (...) Su estética se sitúa entre las maravillas rutilantes de la técnica y la áspera crudeza del asfalto...; entre la tensión, la plenitud, la energía contenida y toda la ambigüedad de las luces filtradas y de los efectos tomados del vídeo o de la iluminación artificial; entre la densidad y una más bien vana aspiración a ‘lo inmaterial'. La arquitectura, afirma Nouvel, es un acto cultural. Esto quiere decir que debe tener significado, tomar partido... manipular el universo y saber que interviene siempre en un contexto humano, físico y cultural que hay que tener en cuenta. La modernidad es experiencia y renovación constantes...»

François Chaslin, ‘Petrificar el instante’, Arquitectura Viva 13 (1990).[+]