En Albolote, un pueblo de la Vega de Granada, se levantan los volúmenes blancos y abstractos de la nueva escuela infantil de la localidad (ver AV Monografías 147-148), un edificio diseñado por el granadino Alejandro Muñoz Miranda. El programa se distribuye formando una L cuyo lado más largo se orienta hacia el Sur, ofreciendo la fachada más singular del proyecto, que se horada con huecos rectangulares de color que iluminan la galería de comunicación. Esta organización libera parte de la parcela para situar allí un patio de juegos, al que se vuelcan las diferentes aulas, protegidas del sol y de la lluvia por una pérgola perimetral.