Esta segunda entrega del ‘libro gordo’ de las casas de la editorial británica Phaidon es un cajón de sastre donde encontramos desde la residencia gaudiniana para un alpinista mexicano, que podría servir de escenario a una película de James Bond, hasta la casa de Koolhaas en Bur deos, hecha a medida del mundo de un tetrapléjico. Entre el capricho modernista y la metáfora de la máquina, muchas residencias con nombre propio: Glenn Murcutt reinventando la tradición australiana del habitáculo ligero; MVRDV experimentando con la sección en un solar inverosímilmente estrecho de un muelle de Amsterdam; o Sejima y Nishizawa con un canto japonés a la introversión. Por eso se echa en falta un poco de ‘cruda realidad’ (que sólo se apunta brevemente en el apartado de modelos para el futuro), más contribuciones que reduzcan la distancia abismal entre la arquitectura de autor y la cotidiana construcción residencial.