A través de una serie de escaleras y rampas que siguen un trazado helicoidal, la estación de Saint-Denis extiende el espacio público y conecta la trama urbana del distrito de Pleyel, situado en el norte de París. Obra del japonés Kengo Kuma, el conjunto alberga programas complementarios con espacios culturales y comerciales, y está unido mediante un puente con el barrio de Landy.

La intervención forma parte del Grand Paris Express e incluye cuatro líneas de metro, además de estar vinculada con la red de trenes el RER D a través del puente urbano. Envuelta con lamas verticales de madera, la estación con nueve niveles, cuatro de ellos subterráneos, está destinada a acoger 250.000 pasajeros diarios. El uso de la madera se extiende al interior de la estación. Un atrio con 30 metros de profundidad está rematado con un techo vidriado para permitir el acceso de luz natural hasta los niveles inferiores. En un juego de densidades e inclinaciones variables, el gran vacío central forma una trama degradada de madera. En la parte inferior, los tablones están dispuestos densamente y forman un revestimiento opaco para ocultar las instalaciones técnicas. En la parte superior, las superficies de madera se disponen para ofrecer vistas.