Qing Dao se sitúa en la costa este china, en la península de Shandong, y con nueve millones de habitantes es una de las ciudades portuarias más importantes del país. La nueva estación forma parte de la nueva conexión ferroviaria de alta velocidad entre Jinan y la propia Qing Dao. El diseño del estudio francés AREP responde a las necesidades infraestructurales propias de una gran estación, pero se fija particularmente en los flujos de los viajeros, buscando optimizar al máximo los desplazamientos.

La gran sala de espera de la estación tiene 30.000 metros cuadrados de superficie y se protege por una inmensa cubierta de 352 metros de largo y 203 de ancho, constituida por marcos de acero que salvan hasta 140 metros de luz. Estos marcos, aparentemente complejos, se componen de dos piezas triangulares idénticas que, según el ángulo de articulación entre ellas, varían en altura, dotando al edificio de un volumen oleado, que quiere hacer referencia no sólo al mar al que mira, sino también a la envergadura de un gran pájaro. Esta economía estructural acompaña otras decisiones de ahorro energético puestas en marcha en la obra, como el uso de energía geotérmica y el estudio pormenorizado de las ventilaciones naturales en una zona donde tanto la temperatura media como la humedad es muy alta.  AREP