Hoy en día se tiene una plena conciencia de la importancia de la sostenibilidad en el sector de la construcción y su impacto en el medio ambiente. Sin embargo, en lo relativo al impacto que puede causar en la salud de las personas, específicamente en cuestiones como la calidad del aire interior de los edificios, no se le está dando la misma relevancia.

En 2019 el Código Técnico de la Edificación (CTE) publicó un Documento Básico (DB-HS-6) dirigido a mejorar la calidad del aire interior de los edificios, donde uno de los puntos es la regulación de los aspectos relativos a la presencia de gas radón, y a cómo protegerse contra él.

El radón es un gas radiactivo, invisible e inodoro, cuya presencia continuada en proporciones elevadas en el aire que respiramos puede conducir a enfermedades graves, como tumores en los pulmones. Por ello la limitación de su concentración en zonas habitadas es de gran relevancia. Este tipo de gas está presente en determinados tipos de terreno, principalmente rocas de tipo granítico. En esas zonas el gas puede penetrar en las edificaciones, aumentando su concentración.

El DB HS-6 del CTE indica en qué zonas geográficas esa concentración puede ser peligrosa. Señala, especificado por municipios, en cuales no es necesaria ninguna medida adicional contra el radón, y en otros, en los que, por el contrario, es necesaria algún tipo de protección. Si el edificio a construir está situado en un punto de alto riesgo frente al radón es necesario poner, entre otras medidas, una barrera que impida o disminuya el paso del gas desde el terreno hacia el interior de la construcción.

Barrera de protección contra el gas radón

El DB HS-6 especifica, en su apartado 3.1.1, las características que debe tener la barrera contra el radón: como primera medida, debe tener un coeficiente de difusión frente a este gas menor que 10 -11 m2/s, si el espesor de esa barrera es mayor de 2 mm. Si el espesor de la barrera es menor, hay que hacer un cálculo para comprobar que la exhalación de radón prevista a su través (E) sea inferior a la exhalación límite (E lim). En el propio DB HS-6 se explica cómo hacer estos cálculos.

A su vez, es obligatorio, tal y como establece el CTE, que tenga continuidad con juntas y encuentros (pasos de conducciones o similares) sellados, que no presente fisuras que permitan el paso por convección del radón del terreno y que tenga una durabilidad adecuada a la vida útil del edificio, sus condiciones y el mantenimiento previsto.

Si no se cumplen los anteriores requerimientos, no se considera que se ha dado una protección adecuada contra el radón, incumpliéndose, por lo tanto, la normativa vigente, con la posibilidad de poner en peligro la salud de los usuarios de la edificación.

DIT para el sistema SikaProof®

Para obtener la conformidad de utilizar los productos para un determinado uso en construcción, no es suficiente la declaración del fabricante de que es apto para ese uso. En el apartado 5.2 de la parte 1 del CTE se especifica que los productos deben tener marcado CE (Conformidad Europea). También especifica que en el caso de productos innovadores en los que no haya normas armonizadas, se deberá hacer una evaluación técnica favorable para el uso previsto, realizada por entidades autorizadas.

El Documento de Idoneidad Técnica (DIT) es, precisamente, una evaluación técnica del tipo mencionado anteriormente. Con él, se certifica que el sistema cumple con todos los requerimientos exigidos por la normativa.

SikaProof® , de la firma Sika, es el primer sistema que obtiene un DIT que valida su idoneidad al uso como barrera de protección frente al radón, y que ha superado las pruebas de cumplimiento.

En el documento del DIT se detallan cómo debe ser la aplicación para dar la continuidad que se exige, cómo se debe hacer los encuentros, conducciones y zonas donde haya interrupciones de la membrana, cómo colocarla para que no se produzcan roturas o fisuras y, por último, y de vital importancia, se asegura una durabilidad suficiente para las condiciones del edificio a lo largo de toda su vida útil.

El Sistema SikaProof® está hecho con una membrana preconformada de FPO de 1,2 mm de espesor. Es una revolucionaria solución para proteger las estructuras enterradas frente a la entrada tanto de agua como de gases, incluidos el gas radón y metano. Se trata de un innovador y completo sistema de impermeabilización y protección para las estructuras enterradas.

Entre sus características:

- Sistema adherido al hormigón: completa y duradera unión mecánica y química; sin migración lateral de agua o gas

- Altamente flexible, capacidad de puenteo de fisuras

- Alta resistencia al envejecimiento y durabilidad

- Gama completa con sistema pre y post aplicado 

- Fácil instalación, uniones mediante cintas adheridas y autoadhesivas

Para más información de esta solución: SikaProof®