«Civilization is measured by the shape of your ceiling.» La cita de Louis I. Kahn en inglés, junto con otra de Le Corbusier en francés (que relaciona los forjados lisos en su cara inferior con el principio de la planta libre), introducen este volumen sobre la historia de las estructuras horizontales, que se publica precisamente en esos dos idiomas, pese a que la mayor parte de los noventa y cinco autores —y el propio director de la obra, Roberto Gargiani— son italianos. Cuarenta de ellos han visto sus textos traducidos al francés, como corresponde a un empeño editorial concebido y publicado en Lausana, pero todos los artículos redactados originalmente en inglés se ofrecen en este idioma. Tal es el caso, por ejemplo, de algunos de los textos aportados por especialistas españoles, como el muy interesante de Pepa Cassinello sobre la influencia del riesgo sísmico en la distribución geográfica de las catedrales góticas peninsulares —la mayor rigidez que aportan los muros de enjuta hacen el tipo de cubierta plana preferible en el Mediterráneo y en Andalucía— o el excelente de Santiago Huerta sobre el análisis estructural de los arcos-planos o arcos-dintel desde 1700 hasta los trabajos contemporáneos de Jacques Heyman, por cierto otro de los autores del volumen.
Entre estos se cuentan estudiosos tan relevantes como Tim Benton, Bernard Cache, Kenneth Frampton, Franz Graf, Alain Guiheux, Bruno Marchand, Ákos Moravánszky, Bruno Reichlin o Panagiotis Tournikionis, pero el lector hubiera agradecido una breve reseña sobre todos y cada uno de ellos, a fin de localizar con precisión la ubicación académica de los menos conocidos. En todo caso, el volumen tiene un interés que desborda a los especialistas en historia de la construcción; casi la mitad de sus 900 páginas están dedicadas a los siglos XIX y XX, explorando desde la materialidad de la estructura o los detalles, distintos episodios con los que la mayor parte de los arquitectos están familiarizados, sean las obras canónicas de los maestros modernos o proyectos muy recientes, como los de Rem Koolhaas en su relación con Parent y Virilio —redactado por el propio Gargiani, que ya dedicó una monografía al arquitecto holandés— o el centro Rolex de SANAA, ubicado precisamente en el mismo campus de Lausana donde se ha gestado esta obra ejemplar.
Segundo volumen de una ‘nouvelle histoire de la construction’ que tuvo en La colonne la primera entrega (mencionada en esta sección hace poco tiempo —‘Poéticas del hormigón’, Arquitectura Viva 143, p. 79—, junto con otros libros de Gargiani, su estupenda Histoire de l’architecture moderne con Giovanni Fanelli y, sobre todo, su extraordinario Le Corbusier. Béton Brut and Ineffable Space 1940-1965 con Anna Rossellini, último volumen cronológico y primero en aparecer de una trilogía sobre el maestro), la obra monumental dirigida por el profesor de Lausana sólo merece elogios. Pero es obligado mencionar que el número y la calidad de las ilustraciones es en muchos artículos insuficiente (y en algunos, como el de José Carlos Palacios sobre las fascinantes muqarnas en la arquitectura islámica, dificultan incluso su comprensión), y que en la sección dedicada a la arquitectura más reciente se detectan errores que una edición más meticulosa habría evitado. Sin embargo, nada de esto resta mérito a una obra que, a fin de cuentas, argumenta ejemplarmente que ‘la civilización se mide por la forma del techo’.