El urbanista Richard Sennet, consultor de la ONU y autor del ensayo de referencia Los usos del desorden (1975), cree que la ciudadanía es demasiado pesimista con su futuro porque, probablemente, la falta de vínculos y compromiso con el entorno urbano ha provocado la debilitación de los lazos sociales que hacen de las ciudades una comunidad en la que vivir. Ahora publica junto a Pablo Sendra, profesor de Planificación y Diseño Urbano en la University College of London, una revisión de su antiguo libro, llamada Diseñar el desorden (Alianza, 2021), una puerta abierta y luminosa a una ciudad más vivible, sostenible y flexible de lo que son las grandes capitales hoy...
El Confidencial: ¿Suburbios decadentes, vivienda inasequible y cocinas fantasma? Otra ciudad es posible
Hacia 1870, muchos intelectuales se lamentaban por la pérdida del sugerente y sucio París medieval que había arrasado el barón Haussmann, y alertaban de lo que el exceso de orden —de orden burgués— podía suponer para la vida ciudadana. Dando un gran salto en el tiempo y en el espacio, el sociólogo Richard Sennet y el urbanista Pablo Sendra advierten hoy de que la planificación heredada del funcionalismo, aliada con fenómenos como la vigilancia policial, el control digital y, por supuesto, la especulación urbanística, están convirtiendo nuestras ciudades en lugares inhóspitos y totalitarios. Su denuncia toma la forma de un libro informado y polémico que es también una suerte de manifiesto por una ciudad abierta a la indeterminación de la vida y a la participación cívica de sus ciudadanos: por un hábitat para la emancipación.
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