Con la clausura en junio de la grande pero breve exposición en el Museo de Santa Cruz de Toledo, el fastuoso año Greco pareció languidecer. Fue un espejismo, pues a aquella retrospectiva ha seguido una no menos importante, que podrá visitarse en el M
Las fotografías de Joaquín Bérchez recorren de un modo simbólico el itinerario biográfico y artístico del Greco, y su relación con la arquitectura.
Comisariada por Elena Ochoa, la muestra recoge las visiones de doce fotógrafos contemporáneos sobre la ciudad que inspiró al artista.
La imagen tradicional de El Greco, forjada hace un siglo, lo entroncaba con la religiosidad castellana, en particular con la mística. En los últimos años se ha vuelto a insistir en su inspiración religiosa, pero asociándolo a corrientes más ortodoxas