La nueva cubierta, inspirada por la gracilidad de un velo al viento, conecta los volúmenes a ambos lados del claustro y sobrevuela sus ruinas, que quedan así guarecidas de la intemperie. El patio interior, hasta ahora residual, pasa a distribuir vert
La estación invernal de Manzaneda —prácti-camente la única del noroeste peninsular— se instaló hace treinta años en un entorno natural de gran belleza, en parte degradado por el gran número de visitantes que cada temporada se acercan hasta allí para