La vida de Mélnikov refleja los peligros de que se cumplan las utopías. Titulado en 1917, año de la Revolución de los soviets, el talento de este moscovita hijo de mujiks y formado en el neoclasicismo pronto le situó entre los elegidos para inventar una arquitectura que representara al nuevo régimen socialista. Fue el autor del Pabellón Soviético de la Exposición Internacional de París del año 1925, conocido como el ‘pabellón rojo’ por su eficaz efecto propagandístico. A la vuelta quiso hacerse una villa particular, en plena fiebre colectivista. La casa del callejón de Krivoarbat, construida en 1929, es el objeto del documental dirigido por el fotógrafo y cineasta finlandés Rax Rinnekangas, que hace el número 12 de la colección Arquia. Las imágenes del estado actual de la casa, habitada por la nieta de Mélnikov, acompañadas por una música triste y una voz en off masculina hablando en finés, transmiten una gran melancolía. El tenso volumen horadado por hexágonos, resumen de la estética revolucionaria, se presenta como una construcción artesanal inspirada en las iglesias ortodoxas, con unas precarias instalaciones. El estalinismo excluyó a Mélnikov de la profesión y lo recluyó en su casa, donde murió a los 84 años. Los textos de Ginés Garrido documentan el dramático destino de una vivienda que simbolizó la ‘utopía de Moscú’.