El CCCB celebra en una exposición la expresión plástica y el compromiso del gran creador sudafricano. En el año 2015, cuando la epidemia provocada por el virus del ébola recorría el continente africano con su danza macabra, William Kentridge (Johannesburgo, 1955) creó More Sweetly Play The Dance , un emocionante friso en movimiento en el que personajes animados a tamaño real desfilan en procesión tras una banda de música africana. Enfermos atados a un gotero intravenoso y refugiados que soportan todo el peso del mundo sobre sus hombres, seres que arrastran cadáveres, sacerdotes que brincan alegremente, esqueletos asustados en una carretilla empujada por un cojo, plutócratas envarados y mineros exhaustos... En una de las salas del CCCB, los personajes saltan sin cesar de pantalla en pantallas (son ocho y ocupan 40 metros de longitud) hasta que al final una bailarina en zapatillas de punta, Dada Masilo, pone fin al carnaval recordándonos que si bien todos caminamos hacia la muerte, bailar nos hace sentir vivos. El mensaje, en tiempos de coronavirus, resuena extrañamente conmovedor y reconfortante...[+]