El Museo Thyssen-Bornemisza reivindica este género menor basado en el engaño visual y subraya su vigencia en una época llena de ilusiones ópticas y posverdades.
Despreciado durante siglos como un género menor pensado para el público más ingenuo y pedestre, el trampantojo logró sobrevivir a su época de mayor esplendor, el Barroco, y llegar a la deriva hasta la actualidad, pese a haber caído en desuso hace un par de siglos. El Museo Thyssen-Bornemisza repara ahora ese desaire con la exposición ‘Hiperreal. El arte del trampantojo’, que se puede visitar hasta el 22 de mayo en Madrid. A través de un centenar de obras, la muestra recorre la historia de un género que aspiraba a engañar al espectador haciendo pasar lo pintado por lo real jugando con las leyes de la óptica y la perspectiva...
El País: Siete siglos de trampantojo, el arte de contar mentiras